lunes, 10 de octubre de 2011

MORPHEO

Cuando abrí los ojos, sentí como el sol me quemaba las retinas. Pésima sensación. Estaba completamente desnudo y no recordaba cuando me había ido a la cama... sólo que la noche anterior había tomado demasiado. Me senté en la cama y sentí un mareo intenso. Desapareció enseguida, pero la cabeza me pedía una cafiaspirinaplusultrarecontragrande. Tenía que mear. La erección mañanera me lo imploraba.
Cuando me levanté me di cuenta que en la cama había una chica desnuda, Mechi... '¿Qué carajo...?' pensé, '¿cómo?'. No le presté demasiada importancia, tenía que mear. Caminé los pocos pasos que tenía hasta el baño y cuando me acerqué, del cuarto de mi hermano salió corriendo una tetona siliconada desnuda y se metió al baño, adelantándome. '¡Bien ahí, Santi!' dije en voz alta. Y como la mina no había cerrado la puerta, entré tras ella. Estaba vomitando en la bañera. No le pregunté como andaba o si necesitaba ayuda... sólo agarré mi pija y apunté al inodoro. Mee un tiempo largo mientras la tetona platinada vomitaba. Seguía vomitando cuando sacudí mi pija y salí del baño.
Quería ver a Santi y felicitarle por la tetona... entré a su cuarto y lo encontré cogiendose a otra tentona, parados ambos al borde de la cama mientras la mina vomitaba sobre otra mina que estaba recostada en la cama con las piernas en el piso. La que estaba siendo vomitada se masturbaba y soltaba gemidos suaves. No dije nada, no había nada que decir. Salí de su cuarto y fui a ver cual era la situación del living.
El living gritaba ROCK! Y lo que mas me sorprendió fue ver a mi viejo sentado en la mesa con una cartera de cuero que le habíamos regalado a mi vieja para un cumpleaños. Me miraba fijo y su mirada era de desaprobación. Miré a mi alrededor, botellas vacias de fernet, vodka, whisky, gancia.... botellas de cervezas rodando por el piso, colillas de puchos y porros... 
Levanté una tuca del piso, miré a mi viejo y lo único que pude decir fue 'la verdad es que no tengo ninguna excusa buena para todo esto...' mientras le mostraba la tuca que había levantado del piso, levanté mis hombro, di media vuelta, me tiré un pedo y volví a mi cuarto. Puse la tuca en mi escritorio, me acosté, cerré los ojos y me desperté.

viernes, 7 de octubre de 2011

GÜISQUI, LIBROS, LAS BOTAS DE MECHI Y UNA TOALLA

La cuestión es que estaba cagado de embole... me tiré en la cama y me dije "vamos macho, pensá.... algo tiene que salir de esa cabecita bonita tuya." Me prendí un pucho para intentar agudizar el pensamiento. Miré por la ventana para ver si algo de lo que captaba de afuera me ayudaba a pensar. Miré al güisqui que asomaba desde el placard junto con los libros, una toalla y unas botas de Mechi que dejo cuando fue mi cumple. Me pregunté que podría hacer con esas cuatro cosas... Emborracharme, ponerme las botas, usar la toalla de falda y leer un libro sentado al borde de la cama... Si lo piensan puede ser una imagen bastante inquietante. Decidí no hacerlo, las botas son demasiado chicas y además era demasiado temprano como para un trago.
Seguí acostado, me encendí otro pucho y me dije "bueno, una paja" pero no tenía ganas. Muy pocas veces me pasó eso de no tener ganas de hacerme una paja... pero ese no es el tema. No sé cual es el tema... quizás la lluvia me obligó a aburrirme o a meditar sobre todas las posibilidades que hay en un cuarto....
Entonces vi que en el escritorio tenía un forro usado (ya sé, es asqueroso... pero no soy conocido por ser una persona limpia, además no era tan viejo, era de ayer) y se me ocurrió una idea maravillosa. Algo que se me había ocurrido mucho antes pero que había olvidado. Si lo hubiese hecho Warhol o algún artista medio excentrico sería algo alucinante. O al menos eso dirían.
Lo que hice fue lo siguiente: desaté el nudo del forro, me encendí un pucho, agarré la botella de güisqui y lo junte todo... primero metí un poco de güisqui en el forro y se mezcló con toda la guasca y lubricante que tiene el forro. Después aspiré una gran cantidad de humo del cigarrillo, lo apagué y lo metí en el forro junto con el semen y el güisqui. Entonces exhalé el humo dentro del forro, lo inflé y le hice un nudo....
Junté todos mis vicios dentro de un forro. Podría decirse que fue un ritual de brujería, un gualicho.... un algo para ahuyentar los demonios, una obra de arte, algo de excentricidad. O simple aburrimiento.

lunes, 19 de septiembre de 2011

SÓLO QUIERO...

Sólo quiero decir, a las 6:57 de la mañana, que el rock no muera.... que la fiesta nunca termine, que las drogas y el alcohol nunca se acaben y que las minas sigan siendo fáciles.... por que la vida es una.... el placer es para hoy y no para mañana... No desperdicien la vida pensando. Pero si llegan a pensarlo, por favor: graben todo, no omitan nada.... quiero escuchar hasta lo que el mas troglodita tiene para decir... no quiero que sea en persona.
Tengo que mear, pero me da mucha pena irme a dormir. Si me voy a mear, tengo que irme a dormir. No es que me tenga que ir a dormir, pero estoy demasiado cerca como para desistir.... estoy demasiado en pedo... muy ebrio.... gracias a dios que está nublado sino el sol me estaría comiendo las retinas...ROCK ON!!!!!

domingo, 11 de septiembre de 2011

EL TESTAMENTO DE ARCHIBALDO CONTRERAS

Primero quiero agradecer que se tomen el esfuerzo de leer éste documento (si es que así se le puede llamar). 
Está es mi última voluntad, y será leída en dos partes. La primera parte previa a la ceremonia fúnebre, y la segunda parte cuando ya el proceso haya finalizado.




                          Parte I.

Quiero, primero que nada, que organicen todo según mis instrucciones. Al pie de la letra. Mi proceso fúnebre se celebrara el cinco de Marzo. No importa cuando sea el día de mi repentina muerte, habrá un lugar pago en la morgue durante todo un año para el deposito de mi cadáver. Para que en el día indicado este fresco como una manzana recién arrancada del manzano. Llegado el día cinco del mes de marzo celebraran en mi honor un bacanal. Quiero que con la plata ya reservada para la ocasión preparen un bacanal tan grande y majestuoso que el mismo Baco estaría celoso.
La celebración debe continuar hasta que de mi cuerpo no empiecen a salir olores tan desagradables que la gente tenga que empezar a vomitar. Es mi ultima voluntad, y les pido por favor cumplirla. Está en ustedes si quieren tener una orgía o no. Como mi cuerpo ya estará consumido ya no me importará. Sólo mayores de diecisiete años van a tener acceso a aquel bacanal en mi honor. No quiero críos viendo ese tipo de escenas grotescas, para todo existe una edad. 
Quiero que en la gran celebración haya dos bacantes adorando una estatua de Baco y rogándole por mi alma. Aquella estatua será de oro macizo de 24 quilates, sus ojos serán de diamantes sangrientos, osea de las minas de Sierra Leona o algún lugar en el que haya guerra en el momento. Esa estatua sera rodeada por uvas de de la cepa malbec traídas ese mismo día desde Mendoza, junto con todo el vino que habrá en la celebración. El vino no estará en botellas. Se traerá en tinajas, como las que usó Christós en las bodas de Caná para crear del agua vino, y se servirá en cálices de madera. 
Cuando mi cuerpo esté tan putrefacto que las aves carroñeras estén todas desesperadas, buscando una manera de entrar a la celebración y alimentarse de mi cuerpo, trece vírgenes de 26 años y ateas bañaran mi cuerpo y luego untaran todo mi cuerpo con aceite de oliva extra virgen hecho con las uvas de los olivos del  Monte Olivos en Israel, donde Christós recibió el beso de su bien amado Iscariote.
Después del baño con esponjas del océano Índigo con agua llenas de pétalos de rosas de la Provincia de Río Negro y la unción de aceite a todo mi cuerpo, quiero que me entierren sin cajón. Desnudo, en cualquier pedazo de tierra estéril que encuentren. Me gustaría darles el lugar de antemano, pero no se el momento preciso de mi muerte, ni el lugar. Así que esa elección tiene que ser suya. Reitero, la tierra tiene que ser estéril... tan muerta como la cima de un volcán activo.


            Parte II(leer después del entierro).


Todo mi dinero se lo dejo a mis bastardos y a mis hijos del matrimonio con Carla. Nadie sabe de la existencia de esos bastardos, ni siquiera las madres saben quién soy. 
Dejen que les cuento una historia. 
Nunca quise tener una familia. Desde muy joven me aterró la idea de criar a una persona. Inculcarle mis pensamientos, mi modo de ser. Mi forma de vivir nunca me pareció un modelo a seguir. No me mal interpreten. No la cambiaría. No lamento nada de lo que he hecho o las decisiones que tomé. Viví la vida como siempre quise; llena de acontecimientos y placeres mundanos.
Cuando cumplí dieciocho años me di cuenta que procrear era una opción para mí. Aunque me aterraba la idea de tener mi propia familia, siempre supe que quería tener unos cuantos críos por ahí en el mundo. De la misma manera que sabía querer progenie, sabía que no quería ser padre. No tenía, o tuve, la voluntad de hacerme cargo de una relación. Fuese ella haciendo el papel de padre o de marido/novio/concubino...
Entonces, cando cumplí veinte, decidí que algo haría con respecto a mis pensamientos. Me disfracé bastante mal y salí a la noche. La idea era fecundar a una mujer. Decidí darle un nombre y numero falso y le prometí ser estéril, como la tierra en la que estoy enterrado. 
Desaparecí tres encuentros después. Pero me quedé con toda su información. Tenía su numero de documento, su dirección, su numero de teléfono... toda su información. Ella de mí no sabía nada. Le dí un nombre falso y el numero de teléfono del nombre que había sacado de la guía.
Le hice un seguimiento durante meses, pero nada... no estaba preñada. Me decepcioné. Dudé de mis capacidades reproductivas. Así que seguí con mi plan. Quería tener un pibe por ahí, cerciorarme que era capaz. Nunca me importó por lo que pasarían la madre y mi bastardo. Nunca me importó su dolor. Y estoy seguro que en mis momentos finales tampoco pensé en ellos. 
Lo que empezó como un juego, luego se convirtió en vicio. Tenía la necesidad, hasta ya entrado en edad, de seguir esparciendo mi semilla por el planeta. Lugar que visitaba, lugar donde intentaba poner mi semilla. No me importaba si me excitaba o atraía la portadora de aquel vientre donde mi bastardo se germinaría. La única razón era procrear y tal vez algún día convertirme en un mito. No tuve ningún don particular, nada por lo que podría ser recordado. Haber tenido una holgada situación financiera me permitió seguir con mi juego. Adopté nombres ajenos durante varios meses con diferentes mujeres. Nunca repetía el nombre y siempre guardaba su datos. Me convertí en el maestro del engaño sólo para estar seguro de que ciertas mujeres tengan mi progenie.
Nunca me hice cargo monetariamente de ellos. Nunca sentí amor por mis bastardos o por sus madres. Siempre fue un juego para mí.
Mi abogado, que en el momento que estén leyendo estas lineas ya no será mío sino de mi herencia, tiene la lista de los cincuenta y tres bastardos que repartirán mi fortuna con ustedes.
Carla no llegó a saber de ésta vida doble que llevé durante toda mi vida. Tuvo la gracia de morirse antes. De no ser por ella no hubiese tenido a mis hijos matrimoniales. Juan, Carlos y Sofia, les pido disculpas por hacerles pasar éste mal momento. Siempre quise ser recordado.

jueves, 8 de septiembre de 2011

ESCRIBO PARA CALLAR

Estoy escribiendo algo. Simplemente por escribir algo.... No tengo nada para decir, pero algo quiero decir, así que bueno.... seguiré escribiendo algo para no irme a dormir temprano. Aun que la verdad es que tendría que irme a dormir temprano. Pero si puedo escribir algo, vale la pena quedarse despierto... O al menos eso creo.... pero cuando uno escribe sobre nada, ¿vale la pena? ¡Claro que vale la pena! Un pucho en la mano, fernet a mi izquierda y los dedos sobre el teclado... Lo único que falta es una mina desnuda en el sillón cansada después de tres orgasmos y medio dormida murmurando mi nombre, rogando por un orgasmo mas... No importa si es rubia, colorada o morocha; asiática, blanca, negra o aborigen. Creo que mas de eso no se puede pedir. Quizás un millón de dolares en mi caja de ahorro. Para poder de vez en cuanto entrar a la pagina del banco y ver que estoy asegurado en temas de bolsillo y saber que el día de mañana no tengo que ir a trabajar. Dicen que en la plata no se encuentra la felicidad... nunca escuché a algún rico decir eso... bah, para que hablar de plata cuando plata no hay. Mejor dicho, cuando fortuna no tengo. 
La cuestión es que nada da mas satisfacción que escuchar a una mujer orgasmear cuando uno está a punto de acabar. No importa si se tiene plata, mientras exista el placer carnal y la caradurez del hombre siempre existirá el acceso al placer temporario. ¿Tengo razón? Probablemente no tenga. ¿Quién tiene razón? Nadie tiene razón. Tal vez todos tenemos razón. Bah, alguien debe tener razón. Estoy seguro de eso... algún día encontraré a alguna persona que tenga razón. Quizás encuentre una mina con la que tenga algo que conversar durante mas de unos cuantos encuentros. Quizás llegue el día en el que este joven pervertido amante del cuerpo femenino envejezca y se convierta en una de esas personas que tienen razón. Probablemente no sea así. 
Envejeceré. Esos es seguro. Pero la razón es mas que obvio que la perderé. Siempre se pierde. Termina uno hablando con su amigo de la infancia que ya no existe, y que hace sesenta años que no ve, postrado en una hamaca. Seguramente soñando con las mujeres de sus mejores días, o contándole a su amigo ausente sobre la mina de la noche anterior que en realidad fue mas de cincuenta años atrás. 
A todos nos va a llegar ese día en el que nos encontramos con nuestros demonios -o en su defecto, nuestros ángeles- del pasado. Delirando sobre glorias pasadas y triunfos ya olvidados. ¿Será mejor en ese momento meterse una nueve milímetros en la boca y apretar el gatillo? ¿O será mejor disfrutar de ese delirio sin preocupaciones? Todos llegaremos a ese momento y cada uno decidirá como actuar. Apuesto a que depende de la vida vivida y da los remordimientos de cada uno. 
Ya no tengo mas fernet en el vaso y supongo que a ésta hora ya no debo prepararme otro, así que los dejo para que mediten con las boludeces que escribo o que simplemente se lo olviden y nunca hablen de eso.

miércoles, 6 de julio de 2011

MANCHAS EN EL PARQUÉ

La miro sonreír y lo único que quiero hacer es acariciar su rodilla, inclinarme y besar sus labios. Después susurrarle algo, que sólo nosotros sabemos, y volver a reír. Es un viaje largo el que recorro los días que la veo, mi mente divaga e imagina escenarios en los que mi corazón no es cobarde y logro decirle lo que siento y cuanto la quiero. Entonces me mira a los ojos, me penetra con su mirada de la manera mas inocente y sensual. Casi siento sus labios sobre los míos, pero es nada mas que mi imaginación... sus pensamientos no podrían estar mas lejanos. ¿Que es lo que le pasará por la cabeza cuando me mira y mis rodillas tiemblan? ¿Se dará cuenta que mis rodillas tiemblan? ¿Se dará cuenta que cuando estoy a solas con ella no sé que decir?

Intento no pensar en ella, pero mi cabeza tiende a no hacerme caso. Paso de estar sentado en una oficina a verme caminando por la calle agarrado de su mano. La veo marcharse con una promesa de que volverá y pienso en las miles de personas que dijeron ir a comprar puchos para no volver nunca mas. Pero en mis sueños despiertos le tengo fe a su promesa. Cuando deambulo por los rincones de mi mente, creando escenarios y situaciones en las que estamos juntos, nada sale mal. Cuando dice volver, siempre vuelve. Es lo único que tengo con ella, y no hay manera de arruinarlo mientras esté en mi cabeza. Se que si le digo lo que siento perdería mucho y no ganaría nada.

Como el otoño, me voy marchitando. Tomo para pasarla bien, para que la espera no sea tan larga. Me acompañan algunas que otras baladas rock. Intento pensar en otra cosa y enamorarme de otras mujeres. Termino a todas amando por igual, pero a ella mucho mas. A ella es a la que siempre vuelvo. No creo en otra cosa mas que en un futuro con ella. Imagino el día del juicio final, el armagedon, el apocalipsis y toda esa mierda abrazado a ella. Los dos juntos mirando como esa bola de fuego se acerca cada vez mas, pero en nuestro rostro hay tranquilidad y amor. Sabemos que vivimos la vida como teníamos que vivirla, amando y felices, sin nada que lamentar. Todo eso es falso, eso no existe. No va ser a mi al que va a estar abrazando si eso llega a pasar. Probablemente ni se le cruce por su mente la idea de que existo en algún lugar, quizás consumido por las mismas llamas que ella mira, buscando protección en los brazos de otro.

Me encuentro solo paseando por las calles de la ciudad, pensando en todos los lugares a los que la podría llevar. Pensando en las noches que la vi sonreír y quise gritarle que la amaba. Pienso en esa noche de lluvia en la que los dos, drogados, hablábamos del suicidio. De lo que viene después de todo esto. De poder saltar de un octavo piso y ver que es lo que nos espera. Estábamos borrachos, drogados, eufóricos. Quise besarla en ese momento, estaba por besarla... no lo hice por temor a lo que podía pasar. La idea de no verla mas me aterroriza. Pensar que nuestros caminos pueden en cualquier momento tomar giros diferentes hace que me quede sin aire en los pulmones.

Es difícil estar en la cama un miércoles a las tres a.m. y no poder dormirse, intentar escribir y no poder y el único pensamiento que tenes en la cabeza es ella. Siento una impotencia desesperada. Me pongo a escribir una carta dirigida a ella, saco una botella de vino e intento emborracharme. Termino esa carta, esa carta de amor. Intento leerla, pero no puedo...  aplasto las páginas con mis manos y las convierto en un bollo de papel. Sé que tengo que leerla así que deshago ese bollo de papel y letras, enciendo un pucho. Después de leer la carta prendo fuego cada página, una por una y las tiro al piso. Veo como el fuego consume la letras y le rezo a alguien para que lo que siento se vaya junto a esas letras en llamas. A eso se deben todas esas manchas negras en el parqué... a un ritual sin sentido.

martes, 28 de junio de 2011

Honky Tonk Women

Se me acercó por detrás -yo estaba sentado en la barra- y con una palmadita en el hombro me saludo. Miré para atrás y no la reconocí. No la conocía. Su mano sostenía un vaso de gin justo a la altura de sus pechos... unas tetas majestuosas, ni muy grandes, ni muy chicas... como las tetas de tu actriz porno favorita. Sus labios, de un rojo intenso, empezaron a moverse. La música estaba demasiado alta y no logré escuchar lo que me estaba diciendo. No sabía si me estaba preguntando la hora, pidiendo el asiento o invitándome a bailar. Su cuerpo era hermoso y voluptuoso. La desnudé mentalmente y con eso pensé quedar satisfecho.
Había entrado a ese bar para tomar algo tranquilo antes de volver a casa a dormir después de un día mas en el trabajo. No tenía planes de finalizar mi día con una mujer, no me había cambiado los calzones esa mañana, ni enjuagado las bolas a la tarde. Creo que tampoco me había duchado esa mañana. Fui a pensar y a tomar una ginebra... ya llevaba tres y no tenia planes de irme. En mi cabeza estaba componiendo un blues a fuerza de tarareos y la letra no llegaba de ninguna manera. Igual no importaba, no sabía tocar la guitarra tan bien como para tocar lo que estaba tarareando. Y, hasta cruzarme con alguien que pueda pasar el tarareo a notas ya me habría olvidado del tarareo. Lo hacía por simple diversión... para despejar la mente.
Acercó sus labios a mi oído, sentí el calor de su aliento y todo mi cuerpo estremeció. '¿Cómo te llamás?' preguntó sensualmente. 'O es ninfomana o es puta' fue lo que pensé antes de poder decir mi nombre. 'R.' respondí nervioso. '¿erre?' preguntó molesta, como diciendome que sabía mi verdadero nombre. Se sentó a mi lado sin preguntarme si estaba ocupado y sin importarle. De todas maneras era obvio que estaba solo y que buena compañía me vendría bien. 
Me preguntó cuales eran mis sueños. Le respondí alguna mentira, no tenía sueños. Dije algo de viajar, conocer el mundo y diferentes culturas y no se que otras ganzadas. No podía creer que una mujer de esa calaña esté sentada a mi lado, mostrando interés por mí. Era una de esas mujeres que uno espera ver casada con un futbolista. Una modelo o vedette... y estaba hablando conmigo. Todos los hombres que pasaban le dedicaban miradas lascivas y mi pija se ponía cada vez mas dura.
'Che, ¿qué es lo que querés conmigo?' pregunté ya desesperado, llevábamos casi una hora hablando... '¿Querés poner a tu marido celoso o algo así?' la miré a los ojos que eran verdes con unos tintes de rojo, hermosos, profundos, amistosos....
'No te voy a mentir' respondió sin sorprenderle mi pregunta mientras acomodaba su pelo, soltándolo de un rodete. Su pelo era infinito, voluminoso, castaño y brillante. 'No tengo marido, ni novio o algo que se asimile a eso...' me miró de arriba abajo, como intentando determinar cual sería mi precio de ser un esclavo '...y no me interesa tener. Me gustas y quiero que cojamos.' quedé congelado, era la primera vez que una mujer me hablaba con tanta franqueza. Supuse, di por sentado, que era una puta. 'Y no soy ninguna puta' parecía que me estaba leyendo la mente, 'digo, no cobro si eso es lo que te preocupa. Medio trola soy.' Mi cabeza daba vueltas sobre su eje de la excitación. Ni en mis mas salvajes sueños hubiese imaginado que iba a terminar con tremenda mujer, que una mujer de ese nivel quisiese pasar conmigo la noche.
Fuimos caminando hasta su departamento, un departamento lujoso a tres cuadras del bar. En el transcurso del camino no hablamos de nada. No tuvimos ningún contacto mas que esa palmadita en el hombro y su aliento en mi oreja. Pero por lo que decía íbamos a tener mucho contacto. Mi cabeza maquinaba un millón de escenarios, uno de ellos era que me iba  a despertar en un bañera llena de hielo y sin unos cuantos órganos. 'El que no arriesga no gana' me repetía en mi mente. La luna estaba en lo alto, llena y brillante. Iluminaba su rostro con una luz argenta pálida y plácida. 
Cuando entramos a su departamento fuimos directo a su habitación. A medida que iba caminando, de su cuerpo se iba deslizando el vestido rojo que tenía hasta quedar pura como Eva en el paraíso con la diferencia de sus zapatos de tacos de aguja negros. Se recostó en su cama y lanzó sus zapatos. La habitación estaba a oscuras, salvo por el haz de luz de luna que entraba desde la ventana e iluminaba todo su cuerpo y la luz roja de neón de alguna publicidad del edificio de enfrente. La luna parecía seguirla, la luna la adoraba.
Me desnude rápido y nervioso. No tenía forro, pero no me importo. 'Una mina así seguro se cuida. Que ella se ocupé' pensé. Y de nuevo, como leyendo mi mente habló. 'No te preocupes por los forros' dijo. Me acosté en la cama, y empecé a besar todo su cuerpo, las tetas, los pezones... su concha mojada de tanta excitación... gemía como una bestia. Mi pija estaba como una roca. Pronto ella tomo el control. Beso todo mi cuerpo, lamió mis partes mas erógenas. Poco a poco fui enamorándome de ella. 'Entregame tu alma... y cogeme' me susurró entre gemidos mientras intercambiábamos caricias, besos, salivas y lenguas. 'Sí' le respondí. 
La penetré y gritó como una virgen al recibir una pija de treinta centímetros. Pidió mas y le di más mientras acariciaba su cuerpo con mi rostro perdido en sus pechos. Entonces me di cuenta que algo no estaba bien. Su piel era cada vez mas aspera, mas seca. Justo donde terminaba su espalda me di cuenta que tenía como una cola, era una cola muy cortita, de unos tres centímetros o cuatro y terminaba puntiaguda como la punta de una flecha. 
Aterrado levanté la vista, sus ojos eran de un rojo intenso y de su cráneo asomaban unos pequeños cuernos. Me desesperé, pero en mi menté se lo atribuí a alguna droga o a demasiado alcohol. Y cuando quise desprenderme de ella me resulto imposible. Su cola creció con una velocidad increíble y me envolvió, sus cuernos se hicieron mas largos y el rojo de sus ojos mas intenso. Toda su piel se torno roja y mas áspera aun. Era piel de reptil. No podía separarme de ella y tampoco quería.
'Soy Lamia' me dijo 'Cogeme mientras me quedo con tu alma', quería parar pero no podía. Sabía que mi alma supuestamente valía para algo. Pero era el mejor polvo de mi vida. Seguí besando su piel de reptil y pronto sus cuernos desaparecieron, junto con su cola. Después su piel perdió el color y la aspereza que habían tomado y volvió a ser esa pálida y suave tentación. Seguí haciéndole el dulce amor desesperado, sabiendo que la noche acabaría. Lo ofrecí mi alma mil veces y mil veces la aceptó mientras extasiada me devolvía las caricias y los besos
Llegó el sol y ella ya no estaba. Me vestí y salí del departamento, evidentemente sin alma, y con mi corazón que ya no me pertenecía. En la puerta me fije la altura de la calle, para volver esa misma noche y ofrecerle mi alma mil veces mas, y me fui para mi casa. Tenía que ir a trabajar, pero llamé y avisé que estaba enfermo y me quedé esperando la noche.
Volví a la dirección que había anotado, pero no existía. La entrada no estaba, podía ver el anunció del hotel internacional alumbrando sus luces de neón rojas. Pero frente al hotel, donde esa misma mañana había un edificio, se encontraba un estacionamiento. Le pregunté al encargado del estacionamiento si la dirección que tenía coincidía y el número coincidía. Me desesperé, volví al bar donde había estado la noche anterior. '¿Sabés si estuvo por acá la mina con la qué estaba hablando ayer?' le pregunté al barman que nos había visto hablar juntos. 'No' respondió 'anoche fue la primera vez que la vi, hoy no apareció. ¡Tremenda perra! ¡Eh! ¿Te la curtiste anoche?'
No le respondí, salí por la puerta, aterrado y con mi corazón hecho mil pedazos. Se había llevado mi alma, pero se había olvidado de mi corazón, me lo había dejado para que pueda sufrir. Lo único que quería era verla, sin importar que fuese en el infierno.
Es por eso que viole y maté a esa nena, Señor Juez, es que quería asegurarme de ir al infierno. Esperaba que el padre de la nena me mate, pero obviamente hay gente que todavía cree en el proceso de la ley. Tendré que esperar en esa celda hasta que llegue mi día o quizás pueda usted ser tan bondadoso y proporcionarme la pena de muerte. Intenté quitarme la vida, pero lamentablemente no tengo el estomago para eso.